A cargo de: Fernando Delgado, escritor
"Para comprender lo guapa que es una anciana", dijo Marcel Proust, "no basta con mirar, hay que traducir cada rasgo." Y el valor de la obra de Esther Ferrer, reflexiona Fernando Delgado, consiste precisamente en eso: en ofrecernos un rostro verosímil para que terminemos de construir la cara inverosímil del sueño. Si nuestra mirada es la dueña del rostro que nos ofrece un cuadro cuando la ponemos ante él es porque somos nosotros, los espectadores, los llamados a completar una cara que logramos identificar, sí, pero que es otro rostro; ni siquiera el que la pintora ha puesto ante nuestros ojos. La desnudez del retrato de Ferrer nos invita a ver de otra manera rostros reconocibles que nos miran y miramo
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