A cargo de Joan Melé: Conferencista, formador e impulsor de la Banca Ética.

Estamos en pleno siglo XXI y disponemos de conocimientos científicos y tecnológicos, y de recursos económicos como nunca antes en la historia de la humanidad. Y, sin embargo, nunca como ahora habíamos tenido tantos problemas individuales, sociales y medioambientales. Los problemas son tan variados y tan cambiantes, y tenemos tanto miedo, que lo único que nos preocupa es cómo sobrevivir. Y con esa preocupación educamos a los niños y jóvenes, inculcándoles desde pequeños que deben prepararse para adaptarse a un mundo muy difícil, en lugar de animarles a que saquen lo mejor de sí mismo para intentar transformarlo. Nos hemos dedicado tanto a sobrevivir, que ya casi hemos olvidado lo que significa vivir como seres humanos. No nos hemos dado cuenta que si solo nos adaptamos y solo luchamos por sobrevivir, entonces perdemos nuestra esencia, perdemos la dignidad humana. Educar es acompañar a un niño o joven a desarrollar todas sus capacidades para que pueda vivir su propósito de vida. Educar es prepararles para que sean plenamente humanos. La educación es una cuestión social, no una simple preparación profesional para ganar dinero en el futuro.