La educación ha ido convirtiéndose más en un espectáculo que en un proceso que implica a la familia en particular y, a la sociedad en general.
Muchas familias, normalmente en silencio, padecen problemáticas diversas con el denominar común de tener hijos e hijas preadolescentes, adolescentes y jóvenes con problemas para: canalizar sus emociones, cada vez más dependientes de las nuevas tecnologías, víctimas de acoso escolar, sin poder alcanzar patrones estéticos de una sociedad cada vez más exigente y un largo etcétera de situaciones que se traducen en falta de atención, falta de vocación o desinterés, irritabilidad, baja autoestima, aislamiento y carencia de grupos de amistades, incluso, en muchos casos, derivando en distintos modelos de violencia (filioparental, intrafamiliar, de género y/o doméstica).
Son muchos los datos objetivos que nos alertan sobre esta dramática situación: el 25% de las denuncias en Fiscalía de Menores son por agresiones de hijos e hijas a uno de sus progenitores y este tipo de violencia se ha multiplicado por cuatro en los últimos cinco años.
Mentoris intenta dar respuesta a esta demanda ocupados e implicados en reducir su impacto en el ámbito familiar y social.
Nuestra propuesta nace de la firme creencia del poder transformador de la educación y de que ha llegado la hora de que ésta deje de ser patrimonio exclusivo de la escuela para tomar los distintos ámbitos de la vida: individual, familiar, social, profesional y comunitario.