La obra de Alejandro del Valle transforma tanques de guerra en formas blandas y translúcidas, creando una paradoja visual que mezcla violencia y domesticidad. La dureza del armamento queda contenida en materiales lúdicos, revelando cómo la guerra se percibe hoy a través de imágenes estetizadas.
Cada pieza conecta referencias clásicas con pensamiento contemporáneo, combinando filosofía, semiótica y tecnología, y genera un espacio donde lo digital y lo matérico se tensionan y complementan. Lejos de ofrecer certezas, las obras invitan a reflexionar sobre la percepción de la violencia, la relación entre poder y fragilidad, y las múltiples capas de significado que atraviesan nuestra mirada.