De MARCOS GOYMIL.
El ensayo fotográfico La métrica y la lágrima aborda un experimento basado en la corrección física y sus huellas de trauma, entendido como una reflexión sobre la mirada. La práctica se vincula con el dispositivo fotográfico, que actúa como un agente de corrección y mediación visual. La cámara, más que una herramienta, es un sistema de pensamiento que impone una forma de verdad y ordena la percepción. El texto sostiene que los aparatos técnicos son también teorías: su diseño define cómo se representa el mundo. Cada imagen, por tanto, no solo registra la realidad, sino que la interpreta y la organiza según una intención estética y conceptual.