Javier lo dejó todo por amor y se marchó a París. Lo que parecía el comienzo de una vida luminosa -la ciudad del amor, la de la libertad y los sueños cumplidos- se convierte poco a poco en una trampa gris, una ciudad hostil que lo enfrenta a su propio desarraigo.
Entre las calles frías, los cuerpos ajenos y las mentiras piadosas que uno se cuenta para sobrevivir, Javier intenta entender cómo el amor se transforma en dependencia, cómo la ilusión se pudre en rutina y cómo una ciudad puede devorarte sin que te des cuenta.
Con una voz irónica, confesional y profundamente humana, París era mentira retrata la experiencia de un expatriado emocional: el que persigue un ideal y se descubre, al final, solo frente a sí mismo.
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