La búsqueda de nuevas innovaciones en el campo de las baterías es importantísima para diferentes dispositivos dependientes de las mismas. Ahora, los supercondensadores parecen ser la nueva panacea para conseguir cargar nuestros sistemas móviles a velocidades impensables.

La revolución de los supercondensadores

Los supercondensadores han estado en desarrollo durante años, pero no han llegado nunca a un punto en el que su aplicación práctica sea viable en el uso diario. Sin embargo, con el coche eléctrico ha llegado una necesidad aún mayor de cargas hiperrápidas, lo que ha favorecido la investigación en este campo. A diferencia de las baterías de iones de litio, que almacenan la energía gracias a reacciones químicas, los supercondensadores almacenan la energía mediante campos eléctricos, lo que les permite cargarse mucho más rápidamente… y también descargarse. Esto puede ser una bendición en ciertas circunstancias, como después de una sesión de casino online, permitiendo que el dispositivo esté disponible en mucho menos tiempo.

Otra ventaja de los supercondensadores es su capacidad para soportar muchos más ciclos de carga y descarga sin degradarse, alargando la vida útil del dispositivo. Otro problema en el que se está avanzando enormemente en las últimas investigaciones es en la densidad energética de los supercondensadores, que se acerca cada vez más a la de las baterías convencionales.

Aplicaciones prácticas y problemas potenciales.

Esta tecnología solucionaría muchos problemas de la vida moderna. Las largas esperas a la hora de cargar un coche eléctrico se acabarían, gracias a la posibilidad de que los vehículos basados en este tren motriz pasen de un tiempo de carga de horas a tan solo unos minutos. Las posibilidades de jugar a la ruleta con dispositivos que emplean supercondensadores, si consiguen alcanzar la suficiente densidad energética, también son importantes, permitieron horas de uso similares pero con cargas más veloces.

Pero no todo son ventajas. El costo de los supercondensadores es, de momento, muy superior al de las baterías, además de que su densidad energética sigue siendo demasiado baja comparado con las baterías de iones de litio. Los supercondensadores deberían ser demasiado grandes para almacenar la misma cantidad de energía a día de hoy.

La seguridad también es un problema a solucionar. El riesgo de incendio que suponen las baterías de iones de litio es muy inferior, pero su capacidad de carga y descarga rápida va a requerir de sistemas de control mucho más avanzados para evitar posibles sobrecargas y sus consecuentes daños.

Otra preocupación es la seguridad. Aunque los supercondensadores no presentan el mismo riesgo de incendio que las baterías de iones de litio, su alta capacidad de carga y descarga rápida requiere sistemas de control más avanzados para evitar posibles sobrecargas y daños.

El futuro de la carga rápida

Conforme la tecnología siga avanzando, es posible que veamos una mayor integración en una amplia gama de dispositivos. Las siguientes investigaciones están centradas en posibles sistemas híbridos, combinando la alta densidad de energía de las baterías de litio y la rápida carga de los supercondensadores, una solución óptima.

Además, la industria está en la búsqueda de materiales novedosos para rebajar los costes de producción y mejorar la eficiencia de los supercondensadores. El grafeno se muestra como uno de los materiales más prometedores gracias a sus propiedades eléctricas y mecánicas superiores a los de otras materias primas.