Hola. Se inauguró la Bienal de Flamenco de Sevilla 2024. Os dejó mi impresión. Sed felices y buena Bienal a los que asistan.

LA MÚSICA QUE NO SE OLVIDA:

ABRE LA BIENAL HOMENAJEANDO A PACO DE LUCÍA

                                   José Cenizo Jiménez

            Un año más asistimos a un acontecimiento único, que se disfruta cada dos años, la Bienal de Flamenco de Sevilla. Veintitrés ediciones ya y hemos seguido y comentado algunos espectáculos durante varias décadas. La Gala inaugural se celebró el jueves 12 de septiembre en el Teatro de la Maestranza de Sevilla, al pie del Guadalquivir, a las ocho y media de la tarde, justo cuando el sol empezaba a despedirse por la orilla de Triana. Con tiempo de pasear por este precioso lugar, entramos en el teatro ávidos de flamenco de calidad. Más belleza sobre la belleza del río atardeciendo. Siempre hemos pensado, y con muchos años (y Bienales) cumplidos ya, aún más, que la música, de no existir, habría que inventarla.

            Con el alma abierta y el corazón buscando el oro del sonido de los flamencos,  empieza la función, la función de nuestros artistas flamencos al ritmo de Paco, de Paco de Lucía (1947-2014), como dijo alguno de ellos, pues toda la ceremonia de inauguración de este 2024 estaba dedicada a su música, esa música que no se olvida. No es mal comienzo para una Bienal de Flamenco que, con Luis Ybarra, un director por debajo de los treinta y competente, respira hondo y jondo a tope tras años de polémicas encendidas. Precisamente se ha implicado en la génesis de esta inauguración, junto a Manuel Fernández. A ver si puede ser que esta Bienal sea clásica y moderna, tradicional y vanguardista a la vez sin perder los papeles ni la compostura ni generar tanto mal rollo.

            Por lo pronto, lo que vimos fue un espectáculo flamenco de categoría, titulado “Caudal”, algo que se explica pronto solo con conocer los nombres de los protagonistas. Como artistas invitados, Tomatito, Aurora Vargas, Miguel Poveda, Israel Fernández y Farruquito, un cartel de lujo sin duda, cante, toque y baile avalados por el éxito. Al toque, además del citado Tomatito, Juan José Suarez “Paquete”, Diego del Morao, Antonio Sánchez, Jesús Guerrero, José del Tomate y David de Arahal, experiencia y juventud espléndidas por sus frutos. Los coros, notables, con Makarines, Las Zarzanas y Kiki Cortiñas. Y la percusión, Israel Suarez “Piraña”, que estuvo presente todo el espectáculo dando el callo y el corazón, recibiendo por ello algunos de los mayores aplausos de la noche.

Con esas fuentes, con esos mimbres solo cabía esperar disfrutar a lo grande. Así fue, aunque no hubiera ese momento de chispa, inolvidable, pues así es el flamenco. Algo, por cierto, muy subjetivo, pero ahora estamos escribiendo nosotros. Quizá lo mejor de la noche, lo más emotivo, lo que más nos pellizcó por dentro fue la primera interpretación de Tomatito, antes de las bulerías. Hizo una delicia de su tema Two much, de Michel Camilo, que grabaron en el disco Spain. Nos quedamos con la versión de la noche, la verdad, la guitarra creando un universo sentimental de primer orden, grande y profunda, con toda la admiración a la que comentamos y que pueden ver en este enlace al vídeo en YouTube de Michel Camilo al piano y Tomatito a la guitarra:

https://youtu.be/lB82KLC_uDc?si=gFx4PrhXn7r8ceJc

El resto, no es que no nos gustara, que nos gustó, por mucho que se alargara un poco al final dando sensación de repetición y por mucho que hubiera sobrecarga de lo mismo, de lo festero, de tangos y bulerías. Pero era una fiesta, en solitario (como David de Arahal al final de concierto, con quien por fin llegaron sus trémolos intimistas después de mucho picado y rasgueado), a dúo (Israel cantando por seguiriyas al baile de Farruquito; Aurora Vargas con Diego del Morao; Tomatito y su hijo José, qué bella compenetración; el mismo Tomatito tocando por tangos para el cante de Poveda, siempre con su recuerdo a Lorca; o las sevillanas de David de Arahal y Antonio Sánchez, recordando con frescura las de Paco y Manolo Sanlúcar en la inolvidable y perfecta Sevillanas de Carlos Saura). O entre tres o más, como en la estupenda recreación de “Entre dos aguas” de Paco por cinco guitarras de la noche, una despedida previsible pero no por ello menos intensa y deseable. Personalmente, también morimos con esa rumba eterna, ese prodigio de alegría y técnica. La vemos en este vídeo del maestro, tomado de  este enlace de YouTube, que formó parte del documental sobre su vida, La búsqueda, y que lleva casi millón y medio de visualizaciones:

https://youtu.be/VDzcUb4YHaU?si=0IORlOKbzBXENWHc

Al final, el público, que llenó el Maestranza, en pie y los artistas vueltos hacia la foto de Paco de Lucía, agradecidos y eufóricos. La noche se había iluminado con su arte, con el del recordado Paco tras los diez años de su partida y con el de los hombres y mujeres que supieron dar las gracias con lo que mejor saben hacer. Enhorabuena. Me acordé del recital del maestro al que asistí hace varias Bienales en el mismo sitio, pero eso es otra historia, ¿verdad?

Fotos: Laura León (Tomatito en el concierto) y Paco de Lucía (de la web de la Bienal).