Pablo Picasso, Diego Velázquez, Bartolomé Esteban Murillo y Julio Romero de Torres son nombres reconocidos local, regional, nacional e incluso internacionalmente. Configuran un grupo de figuras representativas de la región que trataron de plasmar su arte, pero junto a ellas muchas más. Las esculturas han sido decisivas en la historia; los culpables actuaron con inteligencia creativa y creadora, con exactitud en su diseño y sensibilidad.

Con la intención de reconocer ese trabajo, se presenta el tomo treinta y ocho del Proyecto Andalucía, tercero dedicado al arte y primero a los escultores que nacen o son adoptados por Andalucía. Los presentan profesores titulados, licenciados, doctores y catedráticos en Historia del Arte. Además de estas palabras, el tomo contiene imágenes que plasman gráficamente estas reflexiones.

ESCULTORES QUE PARTICIPAN

Los artistas presentaron innovaciones a lo largo de sus carreras y marcaron lo que a día de hoy sigue vigente. Entre otros aparecen Martínez Montañés, José De Arce, Juan de Córdoba, Pedro Duque Cornejo, Jerónimo Hernández y Alonso de Mena,.

De Martínez Montañés se destacan aspectos de su iconografía, sus nuevas devociones, las tradicionales, la penitencia y la oración. Es imprescindible destacar que tras el concilio de Trento se aumentó el número de canonizaciones, lo que repercutió en los sucesos del siglo XVII e hicieron que Martínez Montañés se encargara de las imágenes de varias órdenes (San Diego de Alcalá, San Ignacio de Loyola y San Francisco de Borja).

Sobre José de Arce se analizan las primeras obras reconocidas llamadas El Apostolado y El Crucificado y ubicados en la Iglesia de la Cartuja de Santa María de la Defensión. Las figuras formaban parte de un retablo quemado durante la desamortización de Mendizábal, no obstante, pudieron salvarse junto a unas pinturas de Francisco de Zurbarán.

Juan de Córdoba es el autor de la Imposición de la casulla a san Ildefonso. Este punto de partida sirve para atribuirle otras creaciones, que su nombre haga referencia a la ciudad crea una confusión, por ejemplo, firma como Pedro de Córdoba pintor la tabla de la Anunciación.

Destaca en el trabajo de Pedro Duque Cornejo, la sillería de la mezquita de Córdoba. Los materiales utilizados fueron la caoba americana organizada en dos niveles (sesenta sillas altas y cuarenta y dos bajas). Pese a ser sevillano, en Córdoba llegó a la cumbre de su popularidad social. La Real Chancillería de Granada le reconoció en 1752 la hidalguía.

Jerónimo Hernández es característico por su fuerte expresionismo, visible en el dramatismo, violentando el rostro del santo, el escorzo y su evolución en el volumen de vigor y musculatura. Dentro de sus obras destaca la Virgen del Rosario (1570-1572) en el convento de las dominicas de Madre de Dios de Sevilla siendo uno de los primeros ejemplos de la su evolución con desarrollo volumétrico.

 En 1630 Alonso de Mena expone La Inmaculada de la iglesia granadina de San José, que  muestra una tipologçia frontalista, simétrica, mientras que la Inmaculada de la Iglesia Imperial de San Matías de la capital granadina se caracteriza por la de delicadeza de una juventud con cabello expresión ausente, dulce y grave.

Más información. 408 pp. 22 x 30 cm. 245 fotografías en color. 2017. ISBN: 978-84-939355-2-8. Encuadernación: tapa dura, regenerado en piel, estampado en oro.