Cuando una pareja llega a mi consulta, obviamente bien no va, porque acostumbrados a hacer “intervención preventiva” no se está mucho. Bastantes de ellas llegan en un estado delicado, incluso verbalizando que soy su última oportunidad, antes de dar el paso de separarse.

Trabajar este tipo de casos es muy gratificante, sobre todo si logramos que el proyecto tenga una nueva oportunidad o, en su defecto, si conseguimos que ambos entiendan que la cancelación de la empresa es el menor de los males.

No va a concretar aquí el proceder terapéutico, pero sí voy a compartir contigo algo que me obsesiona y transmito a todas ellas: qué tiempo pasan juntos y cuál es la calidad de ese tiempo. Es lo que denomino como Tiempo de Pareja (TP).

Para algunos, cuando lo redundo, puedo quedar como un psicólogo pesado o, tal vez, un psicólogo con pocas herramientas, pero la realidad es que el futuro de una relación de pareja va a depender mucho de este TP, de ahí mi insistencia en trabajar con ellos esta variable.

En condiciones normales, incrementar la cantidad y la calidad de este tiempo no resulta del todo fácil, ya que la agenda semanal suele estar llena, lo cual provoca que la mayoría espere a los fines de semana, festivos o vacaciones para mejorar su TP.

Ahora, por razones ajenas a cada uno, tenemos la oportunidad de trabajar sobre el TP.

El estado de alerta provocado por la pandemia de COVID19 nos sitúa en un escenario en el que debemos reasignar nuestra planificación semanal, por lo que las ocupaciones laborales y ociosas de carácter externas quedan limitadas.

Sin embargo, no todo es bonito ni favorable, ya que, a determinadas parejas, esta crisis de salud global puede que les haya pillado en un momento delicado de su relación, algo que no es ventajoso para compartir más tiempo juntos.

Quiero, desde la generalidad y sin centrarme en casos concretos, sugerir algunas recomendaciones para que esta “pausa vital” no termine también por arrastrar las pocas opciones de recuperación que puedan disponer algunas relaciones de pareja.

Así, te comento:

1.- No pretendas dar un giro a tu relación de 180º. Eso podría generar “mareo emocional”.

2.- Recuerda la importancia del espacio personal. No seas invasivo con tu pareja.

3.- Aprovechar para hablar está bien, pero sin tocar temas muy delicados. Recuerda que tendrás que estar bajo el mismo techo unos días más.

4.- Compartir tiempo lúdico, con actividades que os gusten a ambos y que en otros tiempos fueran reconfortantes.

5.- Pasar más tiempo en el mismo sitio no implica, necesariamente, que las relaciones sexuales mejoren per se, en cantidad y calidad. Esto no es magia.

6.- Si tienes decidido romper tu relación, intenta no dar el “campanazo” estos días. Será más difícil para todos.

7.- En el caso de compartir esta situación con hijos, es fundamental que ellos noten lo menos posible la tensión entre sus padres.

8.- Si estáis haciendo terapia psicológica de pareja, no estaría mal que durante este confinamiento consultarais con vuestro terapeuta.

9.- Diferencia entre la tensión con tu pareja y la tuya propia, ocasionada esta última por lo complicado del tema vírico.

10.- No olvides que siempre, o casi, una relación de pareja no funciona correctamente por responsabilidad compartida.

LA PREGUNTA DEL "MILLÓN": ¿En qué momento os ha cogido esta cuarentena?

Deja tus comentarios. Serán bienvenidos desde el respeto y la libertad de expresión.

Si quieres saber más, pásate por aquí: www.cairys.es

Manuel Salgado Fernández

PSICÓLOGO CLÍNICO y DEL DEPORTE // Col. AN-2.455