Si os dijera que os voy a hablar sobre los tazones de poder, los tazones de grano o los tazones hippies, tal vez no sepas de qué hablo, pero si te digo la palabra Buddha Bowl seguramente la cosa cambia. Además, estoy segura que en estos momentos tienes la imagen mental de un aguacate verde cortado en tiras presidiendo el centro de un cuenco repleto de alimentos.

Y es que, un Buddha Bowl es eso, un bowl o cuenco lleno hasta rebosar de vegetales crudos o cocinados al que se le añaden hidratos de carbono cocidos como el arroz o la quinoa, alguna que otra legumbre como el garbanzo, el frijol o el azuki; frutos secos o semillas y en el centro un buen aguacate en su punto de madurez, cortado en tiras. Toda esta mezcla puede ser aderezada con vinagretas clásicas o con alguna salsa de yogur o similar pero ¿por qué lo llamamos Buddha Bowl?

Unos dicen que los monjes budistas se levantaban antes del amanecer todos los días, y con un tazón vacío en la mano recorrían las casas del pueblo donde los vecinos ofrecían sus propias elaboraciones a modo de caridad. Dudo que esos platos tuvieran esos aspectos llamativos y vistosos que podemos encontrar en Instagram o Pinterest bajo el hashtag #buddhabowl y seguramente se asemejarían más a platos con mucho arroz y algún que otro curry verde o rojo típico de la zona. Y olvidaros del aguacate presidiendo el centro, que a pesar de aparecer 5 siglos antes que Sakiamuni, esta fruta tiene un origen mexicano.

Otros dicen que el nombre proviene del parecido entre la barriga pronunciada de Buda y la silueta que podemos imaginar si vemos de perfil los tazones colmados de comida, aunque conviene aclarar que el padre del Budismo lucía un cuerpo delgado, que la comida que tomaba era muy recatada y que la figura iconográfica del buda obeso que podemos encontrar en restaurantes chinos corresponde a un monje que vivió 1000 años más tarde.

Hay otras corrientes que dicen que estos cuencos guardan en sus elaboraciones recetas balanceadas donde el equilibrio es un concepto budista principal y que de ahí proviene su nombre. Podemos ver, en muchas de las fotografías subidas a las redes sociales, que abundan las verduras, pero en muchas ocasiones carecen de proteínas o de hidratos de carbono o, al menos, su presencia es mínima, no cumpliendo con las recomendaciones actuales. Las fotografías son muy vistosas pero no van acordeas a las recomendaciones actuales de nutrientes.

Parece que no está muy claro el origen del nombre Buddha Bowl, pero sí tenemos la certeza de que, ya sea por moda, por ser el más hipster de la pandilla o por postureo, estos tazones están provocando en muchos jóvenes, y no tan jóvenes, el aumento en el consumo de verduras y el interés por la comida saludable. Y no hay que preocuparse si se dedica un buen rato a fotografiar los tazones y subirlos a las redes sociales antes de consumirlos, porque se podrán disfrutar igualmente ya que es un plato que se consume principalmente frío.

Esto con Buda no pasaba; el Buddha Bowl comenzó en 2013 y empezó a hacerse popular entre los jóvenes a partir de 2017. Es muy posible que el fundador del budismo no consumiera platos tan variados y suculentos y tal vez dé igual cómo llamemos a los tazones mientras aumentemos el consumo de verduras entre los más jóvenes y, por qué no, entre los adultos y los niños. Tal vez, lleves toda la vida consumiendo ensaladas ricas y variadas y hoy te das cuenta que lo llaman Buddha Bowl.

Dra. Griselda Herrero Martín

Dietista-Nutricionista