El proyecto Made in barrio ha estrenado cuatro murales de la ruta de arte urbano del Distrito Sur, que, con la firma de María Ortega, Virginia Bersabé y Belin, consolidan la ruta arte urbano iniciada en 2017 en el Distrito Sur.
Ana ‘La Piconera’, nuevo icono de una cordobesa nonagenaria que surge para visibilizar la aportación de las mujeres trabajadoras del siglo XX; el impacto de las fotos ‘sefie’ en los jóvenes de hoy; el paisaje y su relación con el río Guadalquivir, y la médula de la relación humana y vecinal, simbolizadas las líneas oncéntricas de un tronco de árbol, guían al visitante.
De nuevo en 2018, gracias a ‘Made in barrio’, la inspiración está en la calle: surge de la identidad y el patrimonio humano de los vecinos y las vecinas del barrio, tomando como referencia la reflexión y las vivencias que ponen común jóvenes participantes en un proceso formativo previo.
Las cuatro obras gigantescas de vivo colorido que ya atrapan la atención de quienes se acerquen al Distrito Sur son: Ana ‘La Piconera’, nuevo icono, en este caso una cordobesa nonagenaria, elegida para visibilizar la aportación de las mujeres trabajadoras del siglo XX; el retrato de una joven cuya imagen está alterada por la búsqueda de la foto ‘sefie’; ‘El Sur-La verdad’, del paisaje y el río Guadalquivir, y ‘Anillos de árbol’, la médula vecinal, historias familiares, la infancia, simbolizadas en las líneas concéntricas de un tronco de árbol.
Tras la fase primera de formación y participación de jóvenes del barrio que concluyó el 26 de abril después de iniciarse en otoño, ha tenido lugar la intervención artística profesionalizada, contando con tres artistas murales de reconocido prestigio y también con proyección internacional -los citados María Ortega (cordobesa, nacida en el Sector Sur), Virginia Bersabé y Belin (los tres andaluces)- que han vestido de color cuatro fachadas de gran formato del distrito Sur partiendo a modo de ‘brief’ de la temática establecida por los jóvenes locales: Barrio dentro de barrio.
El trabajo, a pesar de la gran extensión de los murales, se ha desarrollado en siete días, repartidos a lo largo de tres semanas. Como curiosidad, se ha intervenido en más de 200 m2 de fachada, utilizando más de 100 kilos de pintura acrílica y 40.000 ml de spray de 86 colores, y se han empleado cuatro grúas articuladas de 12 y 20 metros trabajando de forma simultánea.
Las cuatro obras murales, aunque son distintas entre ellas tienen un punto en común porque nacen de un esfuerzo colectivo de un grupo de jóvenes de la ciudad tras un proceso formativo.
Llevan la firma de artistas como Belin, de reconocido prestigio internacional, que ahora está en Arabia Saudí y hace cuatro días estuvo en Memphis: son artistas, también como Virginia Bersabé, que ha retratado a la última piconera, que tiene gran proyección y que actualmente está trabajando en París con toda colección vendida para los próximos dos años en una de las galerías más importantes del mundo, y tenemos artistas locales y del Sector Sur como María Ortega, que además ha sido docente del proceso formativo.
María Ortega, que ha realizado el mural más global de la segunda edición titulado ‘El Sur-La Verdad’, ha unido -añade- la naturaleza y el mapa del distrito, la unión de la naturaleza, del río y del barrio como un elemento transformador para un futuro mejor.
Los cuatro nuevos murales indagan en la convivencia del ser humano con el contexto, cómo sienten y viven el barrio los/as vecinos/as y la experimentación con diversos elementos que nos rodean de manera cotidiana.
Todo ello sin olvidar el lugar que ocupa el barrio en torno a la ciudad, qué piensan y sienten acerca del propio barrio los vecinos/as, con una serie de relatos autobiográficos realizados mediante entrevistas, que hablan de la infancia, del pasado... que no tienen carácter narrativo sino vivencial, una especie de cartografía de vida transmitida a través del espacio habitado.
Sobre los autores de los murales cabe destacar que Belin es un artista de reconocido prestigio internacional cuyas piezas tanto esculturales como pictóricas se han exhibido por toda España y más de medio mundo. Ha pintado para firmas como Dockers, Carhartt, Sephora y para profesionales del tatoo como kat Von D “High Voltage” de LA, futbolistas del Real Madrid, Dj, modelos, personajes célebres de la televisión, música, etc. Ha llevado a cabo su trabajo en una fachada de C / Miraflores 2, en la que representa una chica joven de nuestro tiempo mirando de frente anhelando ser objeto de las miradas ajenas. Buscando el selfie, elemento destacada en la identidad juvenil de nuestros días que sin embargo al utilizarlo de manera compulsiva suele representar una manera vana de alimentar el ego personal devolviendo una imagen deformada de sí mismo.
En otra línea Virginia Bersabé, cuyas obras forman parte de prestigiosas instituciones y colecciones, entre las que está la Universidad de Sevilla, la Fundación Antonio Gala, el Vaticano, la Birla Academy of Art and culture (Calcuta, India), el CAC de Málaga y el MEAM de Barcelona. En la Calle Acera Pintada 8 podemos ver la fachada intervenida por Virginia en homenaje a Ana La Piconera.
Gracias a la “Asociación Guadalquivir” se pudo contar con Ana como modelo y trabajar en la obra propuesta por Virginia Bersabé: “Campo de la verdad verdadera”; poniendo el foco en las mujeres del barrio, quienes construyen la historia a través del día a día y la memoria de casa barrio hecha a través de sus personajes. Así como a la zona geográfica, mostrando el Mirador del Guadalquivir en su fondo.
Para garantizar el nexo entre formación, alumnos, artistas y barrio, se ha contado con la cordobesa María Ortega que ha intervenido en dos fachadas.
Su trabajo se desarrolla en pintura, dibujo, escultura, intervención… con obras muy ligadas al ámbito social desde sus inicios. En 2008 María tuvo contacto con el pueblo saharaui para una intervención en un mural de contexto político, a partir de ese momento no se limitó a tener un soporte determinado.
En esta ocasión su propuesta en C/ Miraflores 20, utiliza elementos vegetales rodeando el mapa del barrio, ambos conforman un solo elemento transformador, que nos inspira belleza, vida y crecimiento, como es el barrio del Sector Sur.
Para la fachada de Avd. de Cádiz objetivo de mostrar los aspectos más íntimos del mismo, planteando el árbol como un icono que habla del barrio dentro de la ciudad, a su vez, dentro de la provincia, dentro de la comunidad autónoma...hasta alcanzar el cosmos. Anillos de árbol, de cotas de un mapa, de un micro-mundo cargado de vivencias, de recuerdos de sus habitantes. A través de elementos vegetales, enraizados umbilicalmente en la tierra, Ortega no hace sino revivir su vida, reforzar lazos con sus seres queridos, con el entorno familiar que la cobija ya que su familia nació y creció en el Sector Sur. El recuerdo de la infancia, el leitmotiv que impulsa toda su obra, encuentra en este icono su máxima expresión que ahora plasma en esta pieza.