SEXUALIDAD en los MAYORES

Por fortuna, ya desde principios de los 80 se empezó a trabajar sobre la necesidad y la posibilidad de mejorar la calidad de vida de las personas mayores.

Esta corriente tomó más fuerza, de manera aplicada, desde los años 90, cuando desde la OMS se genera el concepto Envejecimiento Activo, en busca de favorecer la estabilidad física, mental y social del colectivo de mayores, tanto a nivel individual como grupal.

Dentro de las diferentes áreas personales en las que se centra esta corriente del E.A., existe una quizás olvidada respecto a las demás, la cual me encuentro tanto en mi trabajo diario en consulta como en las clases que imparto como profesor del Aula de la Experiencia de Mayores de diferentes universidades.

En concreto me refiero a la SEXUALIDAD, como ya podías imaginar por el título de este artículo. Es un área un tanto abandonada a partir de los 60-65 años, tanto por los propios interesados como por la Sociedad en su conjunto, considerándose fuera de tiempo el hecho de que haya personas mayores que se interesen, y así lo manifiesten, por mantener viva la llama de su líbido.

Son muchos y variados los motivos que encontramos en esta especie de “sex-stop”, destacando estos entre los más frecuentes:

• Enfermedad física y/o psicológica
• No aceptar los cambios fisiológicos propios del paso del tiempo
• Asociar sexualidad con procreación
• Uso de medicamentos
• Estar sin pareja

Para estos y otros muchos existe lo que podríamos llamar “antídoto”, que no es otra cosa que la INFORMACIÓN SEXUAL, de manera que se conozcan los posibles factores de reducción del deseo sexual, los cambios que se producen en nuestro cuerpo, las diferentes formas alternativas de encontrar placer con la conducta sexual y el afirmarse en la posición de”…nunca es tarde para disfrutar de la sexualidad”.

Además, no deben olvidarse la multitud de beneficios, a todos los niveles, que genera el tener una salud sexual estable. Podemos citar ventajas a nivel del sistema inmunológico, aparato cardiovascular, estado de ánimo, armonía en la relación de pareja, funciona como analgésico y provoca deseo por aumentar la actividad en otras áreas vitales.

Casi debería sobrar este artículo, de tal forma que no tuviéramos que fomentar la sexualidad activa entre los mayores; sin embargo, la realidad es la que es y puede cambiarse, favoreciendo que todos disfrutemos de la práctica sexual hasta el último día de nuestras vidas.

LA PREGUNTA DEL "MILLÓN": ¿Crees que las mujeres mayores pueden llegar a tener el mismo deseo sexual que los hombres?

Deja tus comentarios. Serán bienvenidos desde el respeto y la libertad de expresión.

Si quieres saber más, pásate por aquí: www.cairys.es

Manuel Salgado Fernández

PSICÓLOGO CLÍNICO //  Col. AN-2.455