Los problemas de ansiedad son unos de los más prevalentes en la población general y en población clínica.  Sin ser un criterio indispensable el cumplimiento de criterios diagnósticos para un trastorno de ansiedad, podemos encontrarnos que  gran parte de la sociedad presenta dificultades de adaptación al estrés de la vida diaria, provocando que aparezcan diferentes síntomas que nos puede recordar un trastornos de ansiedad; entre ellos presión en el pecho, hormigueo en extremidades, distorsiones cognitivas, insominio, problemas alimentarios, etc. 

No debemos olvidar que el estrés/ansiedad es una respuesta natural en el ser humano; sin embargo, una elevada cantidad de este estrés y la presencia de ansiedad en situaciones inadecuadas o un control ineficaz de ésta, puede traer problemas físicos y psicológicos; por ello el aprendizaje de una adecuada relajación puede aumentar la satisfacción vital.  

Empezando por el componente más básico, la respiración adecuada nos aportaría múltiples beneficios en esta sintomatología en situaciones concretas. La respiración recomendada para situaciones estresantes es la llamada “Respiración Diafragmática.” 

La relajación es una de las técnicas más utilizadas en intervención psicológica con evidencia científica en diferentes patologías de base ansiosa.  

Concretamente, es la técnica llamada: Relajación Muscular Progresiva (RMP) (Jacobson, 1938) una de las más estudiadas y con mayor evidencia. Esta relajación se centra en la tensión muscular que acompaña a la ansiedad y en provocar y aprender a relajar dicha tensión a través de la tensión y relajación autoaplicada.  La finalidad es es conseguir relajarse en situaciones de la vida real, en la que hay otras personas implicadas y que incluso no es apropiado siquiera tumbarse, sentarse, cerrar los ojos, o realizar ejercicio de tensión-distensión alguno.   

Por este motivo, es especialmente importante la práctica regular de estas técnicas. Recordemos que estar relajados nos permite ver y observar la vida desde un punto más objetivo y consciente. 

Cristina Andrades Ramírez 
Psicóloga sanitaria en Norte Salud Nutrición