La Aida de nuestros padres, de nuestros abuelos o de nuestros bisabuelos. Vuelven los decorados hiperrealistas de Josep Mestres Cabanes, realizados en 1945 y que muestran con todo su esplendor la gran escuela de la escenografía catalana. Siempre al servicio de la pomposidad de la antepenúltima ópera de Verdi, los decorados del artista de Manresa siguen la tradición del historicismo sin caer nunca en lo kitsch. Con Aida, un Verdi de 58 años demostraba su fuerza gigantesca y su sabiduría musical y teatral al escribir un drama intenso, una ópera sobre el triángulo amoroso que conduce a Aida, Amneris y Radamés a plasmar la pasión, el amor y el odio hasta las últimas consecuencias. El trasfondo del antiguo Egipto es la excusa para tratar la temática con grandes escenas sinfónico-corales, sin olvidar las magníficas arias que recorren la extensa partitura. Debut de la soprano norteamericana A.