Carlos Saura filma la magia de los ensayos de la compañía de Gades y la tragedia del amor imposible y el mito de las familias rivales de la obra de Lorca Bodas de Sangre. Como si fuera un juego de muñecas rusas, la película explora y reflexiona sobre el proceso de adaptación: el proceso coreográfico sobre el texto de Lorca y el proceso cinematográfico sobre la producción teatral. Gades elimina las palabras del poeta, pero refleja la poesía a través del movimiento y la música de Emilio de Diego. El cineasta enmarca el film en unos camerinos y un estudio para transmitir la magia de los ensayos, y aquella línea en la que los bailarines se ponen en la piel de los personajes de Lorca.