Maha siempre ha sido una apasionada del cine, y en su trabajo como directora artística se ha convertido en una experta en la creación de un mundo de imágenes. La presión en el trabajo incrementa e intuye otra vida en la lejanía, lo que la lleva a caer entre dos realidades: la primera se parece a los decorados de la película que diseña, y la otra, a su supuesta vida real. A medida que confunde cada vez más la una con la otra, la demarcación entre la imaginación y la realidad empieza a borrarse y, por primera vez deberá escoger lo que realmente quiere hacer.