Un desierto vasto y rocoso. Una mujer solitaria se esfuerza por preservar el último pedazo restante del último glaciar restante con una extravagante colcha compuesta por telas y andrajos que rescata de los valles abandonados. Una labor digna de Sísifo. Solo por las noches, cuando ha desaparecido el sol abrasador, aparecen otras criaturas. Lobos y cabras montesas beben juntas de la última fuente de agua. Y la mujer ya no está sola.