Halla es una mujer de cincuenta años, directora de una coral y activista medioambiental, que se dedica a sabotear las líneas de alta tensión que contaminan su país, Islandia. Mientras se encuentra en pleno proceso de denuncia a una empresa local de aluminio, llega una inesperada carta que le da luz verde al proceso de adopción de una niña ucraniana.