Nadia viaja a Valladolid a enseñar francés a Néstor. Allí le recibirá Fernando, su padre, un excéntrico y castizo hombre que la introducirá en el corazón de Castilla. En un entorno ajeno y poblado por banderillas y cabezas de toro, Nadia hará lo posible por enseñar la lengua de Molière a Néstor. O eso cree ella.