CINETRONIK VOL. 5
En 1928 toda la escena artística parisina se preguntaba qué demonios estaba haciendo Carl Theodor Dreyer en aquel estudio. Los pocos que pudieron echar un vistazo aseguraban que se estaba gestando un clásico instantáneo del cine mudo. Y no se equivocaban. La pasión de Juana de Arco es una de las películas más emocionalmente expresivas de la historia, un auténtico retablo en movimiento donde el miedo, la rabia, la intolerancia y el éxtasis se presentan con una intensidad pocas veces igualada en el cine. La historia es de sobra conocida: Juana es capturada por los ingleses durante la Guerra de los Cien Años y será sometida a un juicio por herejía que acabará inevitablemente con su ejecución. Betacam añade su particular sello electrónico a esta historia donde la música juega un papel fundamental a la hora de completar la experiencia imaginada por Dreyer.
BETACAM: Cántabro que une el rockazo glam con la electrónica festivalera. Un maridaje que Betacam suele tocar tanto momentos íntimos como despiporres, algo que logra sin caer en el estricto sentido de cada cosa.