Lola, de 18 años, lleva un tiempo alejada de su familia porque su padre Philippe no acepta que haya emprendido una transición de género. Estando a las puertas de la operación que habrá de convertirse completamente en mujer, recibe la noticia de la muerte de su madre. Tendrá así que reencontrarse con su padre (quien impide que Lola asista al funeral por vergüenza) con el fin de cumplir el último deseo de su madre: que esparzan sus cenizas en el mar. Empieza así un accidentado viaje, en una road movie atípica que aborda con sensibilidad las diferencias entre padre e hija.