Los paraguas de Cherburgo (Jacques Demy, 1964) es un musical revolucionario que
deslumbró por su estética cromática y su sensibilidad social. Demy transforma el
melodrama romántico en una ópera popular donde los diálogos son cantados,
acompañados por la inolvidable música de Michel Legrand. El uso expresivo del color
en decorados y vestuarios, cuidadosamente coordinados, reflejan los estados
emocionales de los personajes y evocan el arte pictórico europeo, especialmente la
obra de Matisse. Demy elevó la cotidianidad obrera a la categoría de mito romántico,
mostrando a la clase trabajadora con una estilización visual inédita en el género.
Sinopsis: Geneviève es una joven que vive con su madre y le
ayuda en la tienda de paraguas que tienen en Cherburgo.
Enamorada de Guy, un joven mecánico, con el que piensa
casarse a pesar de la oposición de su madre, que considera
a Geneviève demasiado joven y a Guy demasiado pobre.
Para pagar una deuda, la madre se ve obligada a vender un
collar a un rico joyero que se enamora de Geneviève.
Mientras tanto, Guy tendrá que ausentarse dos años para ir a
Argelia a hacer el servicio militar.