José Sánchez-Montes y Gervasio Iglesias, 2016, España, 80 min, V.O.E.

La publicación de Omega revolucionó el flamenco y su relación con las músicas independientes. A principios de los noventa se produce un encuentro que cambiaría la historia de la música. Alberto Manzano, traductor oficial de Leonard Cohen, propició una reunión entre el poeta y novelista canadiense y Enrique Morente, que en aquel momento se encontraba trabajando en varios proyectos simultáneos con Lorca siempre presente.

En dicho encuentro, Cohen confesó a Morente que le hubiera encantado ser cantaor de flamenco y le avanzó su intención de trabajar con los niños rockeros granadinos que ensayaban, a modo de premonición, en cuevas cercanas al Albaicín, donde la familia

Morente tiene su casa. Tras este encuentro, una noche de verano de 1995, en un ya clausurado y conocido pub granadino, Eric Jiménez, batería de Lagartija Nick, y Enrique Morente firmaron, tras interpretar de forma conjunta unos compases de bulerías, un contrato de colaboración.

Poeta en Nueva York era el gran reto del cantaor, que había quedado impresionado por la lectura de esos poemas de Federico García Lorca. Jesús Arias, hermano de Antonio y músico y muy amigo de la familia Morente, había hablado muchas veces con él de la gran oportunidad que supondría aprovechar la fuerza y la dureza que refleja ese libro de Lorca, para mezclar a una banda como Lagartija Nick en un proyecto común, con el espíritu rompedor de Morente.

Aquel choque de fuerzas fue muy intenso, propiciando una obra musical cuya vida sobre los escenarios ha traspasado incluso fronteras: Omega llegó a ser presentado en la Howard Gillman Opera House de Brooklyn en Nueva York, cumpliendo el sueño de Enrique Morente y homenajeando a la ciudad que inspiró Poeta en Nueva York.