Una suerte de "Peaky Blinders" a la neozelandesa. Inspirada en las historias de gangsters que acontecieron durante los años 60 hasta los 80 en las salvajes calles de Nueva Zelanda, esta cruda ópera prima narra la vida de un niño absorbido por la violencia.
El film gira en torno a Danny (Jake Ryan), también conocido como Damage, a lo largo de tres puntos de inflexión en su vida que le estableció en el mundo del crimen. En una historia que abarca desde los 1960 hasta los 1980, seguimos a Danny desde sus principios humildes como el hijo de un granjero abusivo, a su estatus de jefe en la banda Savages. Sin embargo, años después de juntarse a la banda, Danny empieza a tener dudas...