Una obra singular en la cinematografía de David Lynch en la que homenajea a uno de los grandes secundarios olvidados de Hollywood: Richard Fransworth. Una road Movie montada en un cortacésped a través de una América en crepúsculo permanente.
Alvin Straight tiene 73 años, es viudo, vive en Iowa con su hija discapacitada Rose, padece un enfisema, tiene problemas de visión y de cadera y acaba de sufrir un brusco desfallecimiento. Cuando está convaleciente y necesita dos muletas para andar, recibe una llamada que le alerta del grave estado de salud de Lyle, su hermano mayor, con quien no se habla desde hace 10 años. Al conocer la noticia, Alvin decide emprender viaje en solitario hasta Wisconsin, dónde vive Lyle, con el único medio de transporte que tiene a su alcance, una cosechadora.