Diego, un hombre jubilado, sufre un ictus y pierde gran parte de la movilidad. Este hecho, junto a otras circunstancias sobrevenidas, obligan a su hijo a regresar al pueblo para cuidar de él. La familia casi siempre nos salva, aunque sea a regañadientes, y el vínculo es lo único que nos queda cuando vienen mal dadas. En Dos se sacude el asunto de los cuidados y la dependencia, pero en un contexto exclusivamente masculino.