De Víctor Espuny
¿Qué tienen en común una octogenaria con síndrome de abstinencia, la calle Betis, un capitán de la Guardia Civil, dos sicilianos, un par de sevillanos hartos de cerveza, un arqueólogo delgaducho, una pitonisa amante de Kafka, un escritor, el dueño de un bar de Mazagón y Vicente el del canasto? Aunque le parezca mentira, mucho, tanto que ha dado para convertir esta novela, de ritmo trepidante, en una lectura imprescindible para entender el por qué de muchas cosas, o al menos para pasar un rato sin fruncir el entrecejo, que ya es hora.