EL RETORNO AL SINFONISMO DE LAS GRANDES ORQUESTAS
La irrupción de John Williams en la música cinematográfica de los años 70, y especialmente su partitura para La guerra de las galaxias (1977), cambiarán el concepto de banda sonora. A la ligereza y los toques "discotequeros" de las partituras de principios de aquella década, se devolverá un sinfonismo de grandes orquestas que remite al de los años 30 y a músicos como Steiner y Korngold que se trasladará a nuevos talentos como Bruce Broughton (El secreto de la pirámide), James Horner (Braveheart), o Alan Silvestri (Forrest Gump). Paralelamente a esta recuperación, surgirán otras tendencias, como la música electrónica aplicada en el cine, con Vangelis (Carros de fuego), o la corriente minimalista, con Michael Nyman (El contrato del dibujante). Una nueva generación de músicos se irá incorporando, y Howard Shore, con las partituras del Señor de los Anillos, marcarán un punto y aparte en la composición cinematográfica.
A cargo de Albert Beorlegui, periodista y divulgador de la historia del cine.