Parece claro que cuidar y mantener la casa donde vivimos es fundamental para proteger a sus moradores, sobre todo cuando aquella no es sólo el soporte físico donde vivir sino el sustento único para desarrollar esa vida de forma plena y ajustada a la naturaleza de los seres vivos a los que acoge. Sin embargo, esta casa, que está viva y evoluciona, no solo condiciona a los animales y plantas que pueden vivir en ella sino que al mismo tiempo se ve afectada por ellos, sufre cambios inesperados por agentes externos, y no posee paredes sólidas ni fronteras tangibles. En ecología se trata de definir y describir los componentes y límites de estas estructuras que llamamos ecosistemas. Las intervenciones de la especie humana, juez y parte en la toma de decisiones sobre su estado, mayoritariamente han sido negativas, tanto para la casa como para el resto de sus habitantes, y los otros inquilinos sintientes han sufrido directa e indirectamente las consecuencias. Tradicionalmente por la explotación egocéntrica del espacio físico y de las plantas y por el abuso de los animales, considerados como meros recursos. Más recientemente por una pretendida imparcialidad y ecuanimidad en la gestión de todo lo que consideramos “natural”, sacrificando muchas veces los intereses de los animales no humanos que intentan vivir y adaptarse a las nuevas situaciones. Es la ecología una ciencia útil e indispensable para entender las relaciones de los seres vivos entre si y con el medio en que habitan, pero ¿es el ecologismo una herramienta que antepone la conservación a ultranza de la casa a los intereses de sus habitantes, cuando éstos son seres sintientes no humanos? ¿Es, como piensa la mayoría, un movimiento que tiene en cuenta y protege a los animales no humanos? ¿Discrimina según la especie, de su consideración y el papel que juegue en el ecosistema? ¿Tiene en cuenta a los animales como colectivos llamados especies y, por tanto, pierde el foco de la experiencia individual y por ende de su sufrimiento? En esta charla se presentará el debate ético entre el ecologismo y el antiespecismo, en particular, en lo que toca a la consideración de los animales no humanos. Para ello, se presentarán los principios fundamentales de ambas posiciones y se evaluará su compatibilidad teórica y práctica. Finalmente, se examinarán las implicaciones que se siguen de defender una u otra posición, entre ellas, a nivel de la explotación animal y de políticas de gestión ambiental.