XXII JORNADAS DE ARTE CONTEMPORÁNEO.
Dirigidas por el Catedrático de Historia del Arte D. Fernando Martín Martín.
Las Jornadas contarán con la presencia de los principales exponentes de la Arquitectura, Cine, Fotografía, Literatura, Historia del Arte, Escultura, Pintura, Música, Coleccionismo o Cómic. PROGRAMA: Miércoles ESCULTURA – Miguel Ángel Moreno Carretero (1980 El Carpio, Córdoba). Licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Sevilla en la especialidad de Pintura. Tiene un trabajo multidisciplinar que combina la instalación, la pintura y la escultura con un particular interés per las intervenciones en el espacio público. Su obra se ha expuesto en diferentes Centro de arte de España, EE.UU, Italia, Bélgica o México. Ha recibido numerosos premios y becas y su obra forma parte de colecciones como la del CDAN de Huesca, Junta de Andalucía, la Colección de arte contemporáneo de Granada, Fundación Antonio Gala o Drive Music. Miembro de la comisión de arte de Parques y Jardines de España, ha impartido cursos y conferencias en diversas universidades y centros de arte. Es creador y director desde el año 2002 del proyecto de arte público Scarpia que se desarrolla ininterrumpidamente desde el año 2002 en El Carpio, Córdoba. En su apartado escultórico, podemos centrarnos en las intervenciones paisajísticas en espacios públicos. Estas obras están dotadas de un evidente componente narrativo salpicado de guiños irónicos e incluso humorísticos y cierto sentido utópico. Viajero tenaz desde niño, cuando realizada largos viajes por carretera junto a su padre, Moreno decidió profundizar más en su trabajo con el paisaje a través de una incipiente colección de mobiliario publicitario situado en esos límites del paisaje. Mecanismos inconscientes del horizonte traza un mapa de la Península Ibérica de manos de un apasionado del paisaje que ha encontrado innumerables lugares determinados por la mano del hombre y que le obligaron a detener su ruta para fotografiar esas esculturas anónimas, hijas de un tiempo. Artefactos publicitarios y señalizadores, vinculados al comercio y desprovistos de cualquier intención artística inicial que conforman una colección de fotografías que evocan un período de tiempo claramente identificable en el paisaje español y posiblemente, en peligro de extinción. «Los elementos publicitarios son tratados por quienes los han situado en el territorio como esculturas públicas intencionadas que significan al territorio que ocupan. Hablo de elementos a priori distantes como el arte y la sociedad de consumo, las combinaciones, la alquimia del objeto y sus posibilidades comunicativas. Me gusta la poética del arte y la capacidad que tiene de evocar pensamientos. De ser una posición ante la vida. Por otro lado, me apasionan las armas de seducción de la publicidad para dirigir a la gran mayoría hacia un mismo destino: el consumo», explica Moreno Carretero. Un algoritmo de reflexión bastante revelador porque, la experiencia, transcurre por esas lindes, la del consumir. Visualmente o no, tendemos a gastar más de lo que necesitamos, a gastar hasta el derroche, con lo interesante que, según el artista, es sacarle punta a todo lo que tenga un doble sentido, una analogía irónica y llena de humor -y de humos-, una confrontación contra nosotros mismos o, simplemente, un saludo con la mano levantada a eso que, durante nuestra niñez, nos embargó. COLECCIONISMO – Galería Soledad Lorenzo. La vida de Soledad Lorenzo cambió al quedarse viuda con solo 36 años. Poco después, y en solo cuatro meses fallecían dos de sus hermanos, los mismos a los que de pequeña escuchaba hablar de exposiciones “y aunque no entendía nada, notaba que aquello era muy importante” suele explicar. Fue entonces, con un futuro a la vista distinto al que se había imaginado, cuando su amiga Paloma Altolaguirre abrió una galería de arte y le pidió que trabajara con ella: “Le dije que mi familia sabía mucho de arte, yo no. Pero enseguida supe que no lo podría abandonar nunca”. Tras 12 años colaborando con distintas galerías, Soledad Lorenzo abrió su propia sala en Madrid en 1986. En el inicio de su galería empezó a trabajar con artistas vinculados a los años ochenta tanto nacionales como internacionales. Entre los artistas españoles destacan los que consolidaron su trayectoria a comienzos de los años ochenta como Miquel Barceló, José Manuel Broto, José María Sicilia y Juan Uslé. Otra línea de su galería son aquellos artistas que empezaban a consolidar su trayectoria a fines de los años 80, como son Txomin Badiola, Victoria Civera, Pello Irazu y Pedro Mora con los que ha colaborado desde los inicios de sus carreras. Entre la generación más joven de artistas españoles, su galería trabajó mostrando las propuestas del lenguaje fotográfico de Adrià Julià, los fotomontajes de Jorge Galindo o las obras en vídeo de Sergio Prego. También ha exhibido de forma continuada la obra de grandes artistas que forman parte de la historia del arte como Pablo Palazuelo, Antoni Tàpies y Joan Hernández Pijoan. Otros artistas que trabajan con ella son Soledad Sevilla, Susy Gómez, Guillermo Pérez Villalta entre otros. En el panorama internacional la galería Soledad Lorenzo ha colaborado con artistas claves del arte de los últimos treinta años, tanto en pintura como escultura, fotografía, vídeo o arte conceptual. Entre los artistas que ha expuesto destacan Ross Bleckner, Louise Bourgeois, Jonathan Lasker, Robert Longo, Iñigo Manglano-Ovalle, Paul McCarthy, Tony Oursler, David Salle o JulianSchnabel. Algunos premios recibidos en los últimos años: La Medalla de Oro de las Bellas Artes (2006), Mejor Galería de ARCO (2008 y 2009) por la AECA (Asociación Española de Críticos de Arte). En el año 2009 le fue concedido el F.E.G.A. European Award, en Basilea, a toda una carrera. La Galería Soledad Lorenzo cerró sus puertas en 2012 y, hace unos meses, anunció una cesión de sus fondos al Museo Reina Sofía. Un total de 385 obras que Lorenzo ha querido dejar a la institución pública “porque el arte es cultura, y es necesario para la educación visual”. “Al arte le debo una vida muy interesante durante 40 años. Quiero que los demás tengan la oportunidad de nutrirse con ello y que les pase lo mismo”. 40 años de entrega a una profesión, la de galerista, a la que llegó muy tarde: “Mi vida ha sido puro presente. Gente que tenga una pasión hay pocos, los demás vamos cogiendo lo que está delante y de repente eso se convierte en algo importantísimo”. Una de sus múltiples virtudes y, quizás, el rasgo que la ha definido como galerista es su enorme inteligencia visual, que le ha servido “para entender la vida, en su esencia, de verdad”. Una inteligencia visual que para ella es mucho más interesante porque no es dogmática. “En el arte no hay verdades, hay emoción. Y no lo puedes transmitir con palabras”