El maltrato hacia los animales se puede producir en todos los ámbitos en los que el hombre los explota o convive con ellos, pero el más cuestionado –y, por tanto, quizá el menos complicado de eliminar en nuestra sociedad- es aquel que les producimos por simple diversión u ocio. En los circos, a diferencia de otros espectáculos en los que se utiliza a los animales, la ausencia de bienestar resulta menos evidente a ojos del espectador; sin embargo, estos individuos sufren una vida llena de estrés y privaciones para entretener, durante unos minutos, al público que paga para contemplarlos. Los circos sacan a los animales de su hábitat natural y los fuerzan a vivir la mayor parte de sus vidas encerrados dentro de remolques de camiones que viajan cientos de kilómetros al año. La frustración y el estrés crónico que les provoca el cautiverio hacen que, con frecuencia, desarrollen comportamientos anormales repetitivos llamados estereotipias. Además, son obligados a actuar (entrenándolos, en muchas ocasiones, a base de represión o castigos) para realizar números y posturas totalmente antinaturales que les pueden llegar a provocar lesiones físicas y problemas de salud. Por otra parte, el mantenimiento de estos animales en un entorno totalmente artificial no provee valor didáctico alguno para los niños, que son el público mayoritario de los espectáculos circenses. Por todos estos motivos, numerosos países y ciudades de todo el mundo ya han restringido o prohibido su actuación. En esta conferencia detallaremos los motivos éticos que respaldan el fin del uso de animales en los circos, además de otros aspectos referentes a la salud pública, la sanidad animal y la seguridad ciudadana. También analizaremos la situación de estos espectáculos a nivel mundial, en la Unión Europea y en nuestro país, donde gracias a las presión ciudadana y a las iniciativas que se están llevando a cabo a nivel político hay ya más de 450 municipios que se han declarado libres de circos con animales y cuatro comunidades autónomas en las que los espectáculos circenses con animales salvajes están prohibidos. Por último, hablaremos de las organizaciones dedicadas al rescate y rehabilitación de fauna salvaje que están ofreciendo una alternativa para los animales procedentes de todos aquellos circos que han decidido dejar de emplearlos en sus espectáculos, a fin de adaptarse a la creciente demanda social y a las exigencias legales de cada vez más territorios.