En la pasada tertulia, con el tema: “Cómo sentimos la muerte”, quedó claro que la falta de regulación a la hora de la muerte de una persona, es cada uno de nosotros, nuestro entorno, las atenciones hospitalarias: médicos, sanitarios, auxiliares, etc., quien decide cómo y por qué seguir o no viviendo. Con lo cual, somos cada uno de nosotros quien decide lo que sentimos y queremos. Algo que nadie puede quitarnos.
Por estas fechas, y hace dos años (diciembre de 2015), celebramos una tertulia que llevaba por título: “En busca del sentido”, distribuimos el libro de Viktor E. Frankl, EL HOMBRE EN BUSCA DE SENTIDO, en el que pudimos leer: …“en realidad no importa que no esperemos nada de la vida, sino si la vida espera algo de nosotros”.
Bien, para la tertulia de este mes: “El sentido de la vida”, pienso que volveremos a ver cómo en filosofía cada palabra, “sentido”, puede tener un significado muy diferente para cada uno de nosotros. Es cierto que la vida es: amor, ilusión, dolor y desazón, entre otros muchos calificativos, pero no es menos cierto que somos un conjunto de comunidades que pueden sentirse libres y prisioneras en ellas mismas.