La arquitectura dibujada, no importa el tipo de soporte, ha sido reconocida desde la perspectiva de la modernidad como arquitectura “real”, aun cuando por su carácter meramente representativo, no exento de simbolismo y de otras significaciones, no carezca de un cierto grado de fantasía que la puede alejar de un valor documental en sentido estricto.
Estas y otras cuestiones sobre la representación arquitectónica, tanto en la pintura mural como en la del cuadro de caballete o la ilustración de manuscritos y libros, son las que se abordan en este Congreso, continuación del proyecto emprendido en Italia por Sabine Frommel y Gerhard Wolf y que ya ha visto la luz en un precioso volumen referido a aquel país y al periodo comprendido tras Giotto y el nal del Cinquecento, que ahora planteamos en el ámbito europeo y al tiempo comprendido entre 1600 y 1750.