Una mirada otra. Cuando situaba a los caballos en el centro de esta película lo que buscaba era una mirada otra, la de los animales por ejemplo, la de los equinos con todas sus particularidades ópticas. Pero no es una técnica de visión, no, ni tan siquiera se limita al efecto conocido del fuera de campo. Es el animal mismo, es decir los caballos, es decir la película de Los caballos lo que finalmente mira. Porque es raro que una película nos mira, no sólo la vemos, mantiene una relación con nosotros y esta relación también va la operación de mirar. No se porqué ni en que momento planteé hablar de todo ello con directoras de cine que, de alguna manera, se plantean la diferencia –género, clase, raza- del punto de vista. No hay acuerdo, seguramente, con lo que aquí se vislumbra pero quería meter en la película ese hablar, sus gestos, sus aprobaciones y desacuerdos. Se hará con paseos y se hará también con un diálogo público en las distintas galerías.