Tradicionalmente, antes del desarrollo de la ciencia de la psicología del aprendizaje, la aproximación a la mente animal partía del sesgo antropomórfico: se suponía que los animales “pensaban como nosotros”, por lo que se buscaba datos anecdóticos que corroboraran tal suposición. Esta fue la posición de George Romanes (1848-1894), fundador de la “psicología comparada”. Sin embargo, la psicología pronto abordó el problema con otro método: el experimento. Fue a partir del fisiólogo ruso Ivan Pavlov ( 1849-1936) que se fueron desarrollando técnicas cada más elaboradas para analizar los mecanismos de aprendizaje, tarea que continuaron los pioneros norteamericanos Edward Thorndike (1874-1949) y B.F. Skinner (1904-1990). En nuestra charla, partimos de una premisa fundamental: los humanos no somos más que una especie animal que comparte con el resto de animales el mismo conjunto de principios o leyes generales del aprendizaje. Las diferencias en las capacidades cognitivas entre especies se deberían más a cuestiones de contenido y cantidad de lo aprendido que a los mecanismos por el cual aprendemos. Es decir, el resto de los animales “piensan como nosotros, pero sacan sus propias conclusiones”. En esta charla vamos a hacer una breve incursión por la historia de la psicología del aprendizaje animal, presentando una serie de experimentos clásicos de la materia que pueden servirnos como ejemplificación de procesos cognitivos complejos que tradicionalmente se creyeron exclusivos del ser humano, tales como la toma de decisiones, el pensamiento y la comunicación simbólicas, la consciencia y la resolución de problemas e inteligencia. Y a partir de dichos experimentos podremos volver nuestra vista a los seres humanos, replanteándonos que hay detrás de dichos términos.