El acceso universal a la salud sexual y reproductiva es crucial para alcanzar los ODS, y contribuye a la igualdad de género y al empoderamiento de las mujeres. Se estima que las intervenciones en este ámbito logran un retorno de la inversión con una relación aproximada de 9 a 1, debido a su impacto favorable en la salud, así como a otros beneficios sociales y económicos.