No existen objetos filosóficos, sino una mirada filosófica que, a partir de un objeto cualquiera, es capaz de detectar nudos, relaciones y grietas que hablan no sólo del objeto en sí mismo, sino también y, sobre todo, del contexto en el que aquel se inserta. Este ciclo de Filosofía recupera la idea del quehacer filosófico como una acción que cuestiona y detona la realidad al poner en su punto de mira elementos que suelen pasar desapercibidos y que dicen más de nuestra sociedad y de nuestro modo de relacionarnos de lo que creemos.
Si desde el mundo clásico la firmitas, es decir, la estabilidad y resistencia, ha sido uno de los elementos definitorios de la arquitectura, ¿puede un edificio ayudarnos a pensar en formas para detonar la realidad? Creemos que sí, y aprovecharemos esta oportunidad para intentar demostrarlo. Para empezar, a lo mejor resulta que esa resistencia es algo distinto a lo que imaginábamos y está menos relacionada con la permanencia que con el punto de apoyo imprescindible para poder mover el mundo.