La digitalización del patrimonio cultural europeo está en marcha. El proyecto Europeana ha codificado ya 50 millones de obras: libros, arte, música... Pero en el proceso de creación de esta base de datos abierta no sólo participan instituciones públicas y los especialistas alertan del riesgo de “privatizar el pasado”: tal vez Google podría hacerlo mejor que nadie, pero Europa debe conseguirlo por sus propios medios.