Vivimos una revolución vegetal en todos los sentidos. Pero aún no nos damos cuenta. Hoy ya sabemos que los vegetales tienen formas poco estudiadas de consciencia, sensibilidad e inteligencia, que son capaces de reconocer y cuidar de sus retoños. Que duermen por las noches. Que tienen sofisticados sistemas de comunicación eléctrica y química que les permite intercambiar información entre ellas y con los animales, y que incluso son hábiles engatusando a otras especies.