El fotoperiodista Gervasio Sánchez se especializó en conflictos armados para dar testimonio de lo que sucede en las guerras y sobre todo, las posguerras, donde ha fotografiado lo mejor y peor del ser humano. Dignidad, libertad y humanidad que se abren paso entre los escombros, como un haz de luz en la biblioteca de Sarajevo.
Dicen que en sus fotografías hay “más vida que muerte”, a pesar de haber radiografiado los principales conflictos del siglo XX, desde los Balcanes a América Latina y África. Y eso, a pesar de que nunca estudió fotografía ni aprendió a revelar. Su escuela fue la calle y sus maestros, grandes fotógrafos como Salgado, Natchwey, Peress, Scianna y Abbas.