De José Antonio Prado-Bassas.
Uno de los más profundos conceptos de la matemática es, posiblemente, el de infinito. Los matemáticos hemos tardado muchos siglos en aprender a convivir con él pacíficamente, pero ni tan siquiera hemos sido capaces de domesticarlo.
Como Hércules ante su minotauro, dominar a esta bestia ha supuesto uno de los más apasionantes retos de las matemáticas. Desde los griegos con su regla y compás, hasta los más profundos laboratorios del proyecto Manhattan, el infinito ha estado escondido en muchos momentos importantes en el devenir de las matemáticas.
Un recorrido histórico por algunos de esos momentos clave. Repasaremos cómo se han enfrentado algunos personajes a este Leviatán, y cómo su proceder ha podido marcar la mismísima historia de las matemáticas.
La locura del infinito es un estado del alma que, una vez que te hechiza, nunca te abandonará. Ten cuidado o correrás la misma suerte que Zenón, Aristóteles, Arquímedes, Galileo, Bolzano, Newton, Leibnitz, Cantor, Hilbert, Robinson y muchos otros matemáticos de todos los tiempos que cayeron presa de sus paradójicos embrujos.