El asesinato de Magally en manos de su marido resucita una promesa que parecía olvidada.
Cinco mujeres resurgen de sus cenizas recuperando el juramento de autoprotección realizado años atrás. Cada una deberá asesinar a uno de sus victimarios.
El libro fantasea sobre un nuevo concepto de autodefensa feminista que pasa por utilizar la violencia anteriormente reservada, en exclusiva, a los hombres. ¿Sería legítima la utilización de la violencia en el marco de la autodefensa feminista? No tenemos la respuesta, aunque afirmamos que, llegado el caso, no nos parecería ninguna extravagancia?