Conferencia pronunciada por D. Francisco Solis Pérez.
Triana, situada en la margen derecha del Guadalquivir, ha contado desde siempre con los elementos esenciales para desarrollar la alfarería: las aguas del padre Betis, la tierra arcillosa de su solar, el fuego de sus bosques de madera y matorral, así como el aire y sol de su ubicación. Paco Solís hace un recorrido desde el lebrillo tartesio que guardaba celosamente el tesoro del Carambolo, pasando por la "divina" Marcia Ulpia Traiana, las santas Justa y Rufina, la "rumaiquilla" y reina Itimad, la alfarería cristiana medieval y la renacentista que supondrá el cambio, a la luz de los padrones de 1431 y 1533, que más afectará a la fisonomía y evolución del barrio y sus gentes. La necesidad de disponer de un puerto, seguro y abastecedor, para la Flota de Indias, supondrá la absoluta transformación de la collación.