El checo Pawel Martinek ha trabajado durante años como médico en el triángulo fronterizo entre Polonia, la República Checa y Alemania. Su esposa espera su primer hijo en junio. Sus padres viven a pocos kilómetros de distancia en la República Checa. Pero, en el contexto de aislamiento provocado por la crisis del coronavirus, es imposible atravesar la frontera.