A lo largo de la historia, las joyas no sólo han servido como meros elementos decorativos fruto del despilfarro o la frivolidad del ser humano, sino que han sido y son objetos íntimamente ligados a la vida de las personas por otras muchas razones. Deben estudiarse como una fuente para la explicación de la sociedad, donde aspectos fundamentales en la consecución de los acontecimientos, como las relaciones sociales, comerciales o políticas; el comportamiento de los seres humanos, las modas y las tendencias; las costumbres o la propia religiosidad, quedan perfectamente reflejados en las mismas, pudiéndose comprender sus particularidades a través de ellas.