De Francisco Checa.
Este es un poemario de Amor, aunque no le falten dolor y desgarro. Del amor de siempre, hijo del placer que anida en el roce de la piel herida, del tacto que cada abrazo guarda. Del amor entre personas que se necesitan, desde el puro deseo y atracción física o de la magia de sentirse únicos. Es la obscuridad del erotismo hipersensual y pansexual.
El Amor como fuerza telúrica que arriba desde el infinito, atado a un cordel. Huele a fuego y carbón, a luz y humedad. Por eso descifra sombras y silencios y permite al lector sentirse protagonista: como ser amante y amado, almero y almado.