CICLO DIÁLOGOS EN LA RED
La mente ha sabido adaptarse al ruido en este siglo XXI. Lo escanea, lo aparta, le saca partido o se vuelve adicta a él. ¿Qué papel juega la música sinfónica y la composición contemporánea en la desintoxicación de la mente? ¿Cuán importante es en este contexto una rica educación musical? Estudios demuestran que los bebés, en los primeros meses de vida, tienen la capacidad de responder a melodías antes que a una comunicación verbal de sus padres. Esos mismos estudios apuntan a que la música parece ofrecer un nuevo método de comunicación arraigada en emociones en lugar del significado tal como lo entiende el signo lingüístico.
Los seres humanos convivimos con la música en todo momento. Es un arte que nos hace disfrutar de tiempos placenteros, nos estimula a recordar hechos del pasado, nos hace compartir emociones en canciones grupales, conciertos o tribunas deportivas. Es un hecho que la música actúa sobre el cerebro. A partir de aquí, conversamos con Arturo Díez Boscovich sobre cómo la música culta puede ser una puerta al silencio en este gran ruido en que vivimos, porque ordena al caos, porque es un viaje interior… Hablamos también sobre el poder evocador de las bandas sonoras (su especialidad compositiva) o sobre ese puente que el teatro musical tiende entre los gustos populares y la exquisitez de la ópera. Y, claro, como no podía ser de otra manera, sobre su experiencia trabajando con Antonio Banderas.
Arturo Díez Boscovich (Málaga, 1979), flamante director musical del Teatro Soho CaixaBank, es director de orquesta y compositor de bandas sonoras. Su carrera comenzó con su debut al frente de la Filarmónica de Málaga en el 2008. En su ciudad natal ha dirigido el Teatro Lírico Andaluz y liderado la Temporada Lírica del Teatro Cervantes. Ha trabajado en coliseos líricos como Les Arts de Valencia o el Liceo de Barcelona, y el año pasado lideraba su cuarta producción para el Teatro de la Zarzuela. Su labor sinfónica le ha vinculado a la ONE o la OBC entre otras muchas orquestas del país, pero ha sido en el ámbito de los musicales donde ha dado el gran salto, desde que dirigió Los Miserables o El diario de Ana Frank. Es la batuta oficial de espectáculos como Disney in concert o La la land in concert, y lleva el festival Movie Score Málaga (MOSMA). Debutó en el largometraje con la banda sonora de Urubú. La pandemia del coronavirus le pilló en plena producción de A chorus line, el clásico con el que Antonio Banderas abrió su nuevo teatro en Málaga.