De Antonio Jiménez Casero
No vuelvas, Odiseo, se sumerge en un monólogo de Penélope, la reina cercada por pegajosos aspirantes a sustituir en el trono de Ítaca al navegante extraviado, que va desgranando su desazón y advierte a Odiseo de las previsibles consecuencias de su ausencia Desnuda ya de su condición de mito, Penélope se manifiesta como una mujer que afronta en soledad situaciones que, seguramente, la desbordan. No es la menor de esas preocupaciones comprobar en los espejos de metal bruñido que empieza a envejecer en un lecho solitario. Sin embargo Afrodita desata la pasión y el erotismo gana presencia de forma lírica, elegante y poderosa.
Antonio Jimenez Casero nos lleva de la mano por el interior del gineceo de esta mujer madura, obligada a representar en el mito griego su papel de esposa fiel y casta, para no desmentir las leyendas que circulan por Grecia.