"Los hombres nos hemos acostumbrado a ser protagonistas, pero no responsables. El modelo social masculino nos permite presentarnos como autores de los grandes logros y avances, y autoexcluirnos de los problemas, como si fueran consecuencia de las circunstancias o de otras personas, pero no nuestra a pesar de la omnipresencia en las decisiones y en las acciones."

El resultado es un modelo “irresponsable” que compensa sus elementos negativos con los resultados positivos que se logran, creando la falacia de hacer pensar que para alcanzar los logros era necesario todo lo negativo y los problemas que se derivan de ello. Pero no es así, es parte de las trampas que el machismo y su cultura crean para justificar la desigualdad, y con ella los privilegios de los hombres.

Este modelo de sociedad y masculinidad no es sostenible. Ya acumula demasiada contaminación y la convivencia se ve “envenenada” por esa forma tóxica de entender la identidad y de establecer las relaciones sobre la desigualdad.

Necesitamos una transformación individual para lograr un cambio social, no bastan los parches ni los remiendos. Tenemos el conocimiento y la experiencia que el feminismo ha desarrollado para hacer las sociedades mejores y la democracia más completa, ahora es el momento de que los hombres demos también ese paso adelante hacia la Igualdad."